miércoles, 31 de diciembre de 2008

Bienvenidos


Bienvenidos a este humilde blog en cual buscamos transmitir (aunque sea en una mínima parte) las experiencias que nos tocaron vivir a los largo del mes de Enero del 2008 donde 3 amigos pudieron recorrer practicamente el país entero a bordo de 3 Jawas 350.

El itinerario
El viaje consistió en unir en una primera etapa la ciudad de Buenos Aires con Ushuahia. Luego y una vez concluído esto partimos con destino a la ciudad de la Quiaca para luego sí volver a nuestro hogar.


View Argentina en Jawa in a larger map

Comparto con ustedes también el video que preparó Juan Laborda (mi hermano).

Datos Técnicos del viaje

Datos Generales

Kilómetros recorridos:
14.000

Velocidad promedio: 80 kms. Las motos permiten viajar a más velocidad pero dado lo extenso de nuestro viaje procuramos cuidar los motores y a nosotros mismos. A la larga esto nos benefició mucho ya que incidió en un bajo consumo y una mayor vida util del motor.

Consumo: 400 kms aprox con un tanque de 16 litros. Esto depende obviamente de la velocidad con que se viaje, del viento, del tipo de camino y el peso que se lleva.


Tipo de mantenimiento hecho durante el viaje

1.Lubricación de cadena
2. Tensión de cadena
3. Limpieza de cubeta de carburador cada 1000 kms (tiende a acumularse agua)
4. Fusibles
5. Filtros de aire.
6. Presión de cubiertas.
7. Ajuste periódico de bulones y tornillos

Repuestos
1. Cables
2. Pastillas de freno
3. Cadena de repuesto
4. Llaves
5. Inflador
6. Sellador (para salir del apuro es lo mejor ya que no solo sella la pinchadura sino que infla la rueda)
7. Focos de luz
8. Filtros
9.Soga
10. Cubiertas de repuesto (1 delantera y 2 traseras)
11. Pegamento, Lubricantes y herramientas varias.

Queremos agradecer a la gente de Jawa Argentina, Gustavo y todos los muchachos ya que sin ellos este viaje no hubiera sido posible

martes, 30 de diciembre de 2008

Etapa Buenos Aires-Ushuahia: Saliendo de Casa con Problemas

La preparación de este gran viaje demandó prácticamente 1 año. La idea de hacerlo ya tenía muchos mas años y nos demandó unos cuantos más decidirnos a hacerlo. Los integrantes de esta travesía eramos 3: Julio Picabea, Tomas Laborda y Francisco Laborda (estos últimos 2 hermanos). Nuestro promedio de edad no superaba los 25 años por lo cual no nos faltaron criticas a la hora de contar nuestra loca decisión de hacer semejante viaje con tan poca experiencia(ninguna diría yo) en moto.

A pesar de las recomendaciones de tomarnos las cosas con calma y dejar esta travesía para otro momento, decidimos hacerla en el verano del 2008. En total contábamos con prácticamente 1 año (un poco menos) para comprar las motos, ahorrar el dinero, sacar los registros y ganar la mínima experiencia para poder hacer los 13 mil kilómetros que nos habíamos propuesto.

El esfuerzo, el trabajo y los sacrificios que tuvimos que hacer para poder conseguir todo esto fueron muchísimos pero finalmente (y para hacérselas mas corta) en noviembre de 2007 estabámos con casi todo listo para partir.

Obviamente y como en toda travesía, los cambios, trámites y arreglos estuvieron a la orden del día hasta el último momento marcando los mismos el día en que íbamos a salir. El 27 de diciembre fue la fecha que pusimos como límite para salir.

La ansiada fecha llegó y nosotros habiendo decidido salir bien temprano en la mañana para llegar a Viedma en el día estábamos mas que ansiosos por salir. El punto de partida fue por decisión del grupo la casa de Julio y fue allí a donde nos dirigimos el día de partida. Al llegar a dicho lugar, nos encontramos con que la moto de nuestro amigo Julio no arrancaba, la Jawa se ahogaba a la minima aceleración llenando de nafta la vereda de la casa. Nosotros decididos a partir pusimos manos a la obra con la poca experiencia mecánica que teníamos y desarmamos caños de escape y carburador (a las 3 am) en vano para poder partir. La moto no quiso arrancar con nada del mundo, por lo cual tuvimos que aguardar hasta las 9 de la mañana para poder llevarla al taller.




Para comenzar, el viaje ya andaba mal, el pobre de nuestro amigo Julio salió de su casa a bordo de un remolque junto con su moto con destino al taller de nuestros amigos de Jawa en Villa Lugano. Una vez arribados al lugar se solucionó el problema (que era de carburación) y recién a las 4 de la tarde (más de 12 horas de atraso con el horario original) pudimos partir.

Cansados y carcomidos por la ansiedad pudimos recorrer apenas 300 kilómetros hasta la localidad de Azul donde con la tranquilidad de haber abandonado la gran urbe pudimos acampar.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Etapa Buenos Aires-Ushuahia: De Azul a Viedma

Luego de hacer noche en el recomendable camping de la localidad de Azul, nos levantamos con todas las energías y actitud para hacer kilómetros. Con las motos en funcionamiento y ya fuera de la ciudad nos propusimos recorrer todos los kilómetros que pudiéramos con tal de adelantarnos en el itinerario ya que planeábamos llegar a Ushuahia para año nuevo.


Felices y con las motos listas emprendimos la ruta 3 con destino a Bahía Blanca para allí almorzar. Llegamos a Bahía sin ningún problema, allí nos encontramos con un fanático de las Jawas quién nos sacó fotos y con la mejor onda nos dio su teléfono con el fin de acompañarnos en otro viaje.

Una vez almorzados, volvimos a las rutas dejando a Bahía Blanca atrás, es increíble como a partir de esta localidad el paisaje comienza a cambiar, la Patagonia comienza a cobrar vida y con ello los controles bromatológicos. Km a km veíamos como el paisaje cambiaba y nuestra alegría aumentaba acercándonos más y más a nuestra querida Patagonia.

A Viedma llegamos a eso de las 12 de la noche. Muertos del hambre abrimos nuestras latas de jardinera y caballa en la primera estación de servicio que se nos presentó y luego encaramos al camping municipal para hacer noche.

domingo, 28 de diciembre de 2008

Etapa Buenos Aires-Ushuahia: De Viedma a Las Grutas

Luego de una reparadora noche en el camping municipal de Viedma encaramos el tercer día de nuestro viaje. Nuestra ansiedad y felicidad por seguir avanzando crecía al ver que no se nos presentaban demasiados inconvenientes. Lamentablemente ese optimismo nos iba a durar poco.

Comenzamos el día emprendiendo una etapa destinada a unir Viedma con San Antonio Oeste, ya el paisaje era netamente de estepa patagónica donde no había un solo arbol y el sol partía la tierra.

Avanzamos sin problemas hasta que la moto de Julio nos volvió a presentar problemas. Sucedía que la luz testigo de batería se encendía constantemente avisándonos que había un problema eléctrico. Al no escuchar problemas de motor decidimos seguir en la ruta confiados que era un problema mínimo, ya con unos 350 kilómetros en lo que iba del día la moto de Julio dijo basta y quedándose sin batería se nos apagó en el medio de la ruta.

A duras penas y con esfuerzo conseguimos acercarla a la unica estación de servicio que había en la zona para ver donde era el problema.

Decididos cual electricistas expertos nos pusimos a desarmar la moto para encontrar el problema. Desarmamos todo en vano ya que no había manera de encontrar el punto del problema. El mal humor comenzó a reinar en el grupo viendo como la posibilidad de llegar a ushuahia se nos alejaba más y más.

Frustrados por no poder reparar la moto decidimos salir a buscar un mecánico, lamentablemente estábamos en el medio de la nada, ¿dónde íbamos a conseguir un mecánico de motos?. Consultando al playero la mejor opción que este nos dio fue partir para la localidad de Las Grutas, un lugar que no conocíamos pero habíamos escuchado hablar de él.

Con nuestro mal humor a la orden del día cargamos la batería de nuestro amigo y recorrimos los 30 kilómetros que nos separaban de las grutas. Grande fue nuestra sorpresa al subir una loma y encontrarnos con un mar azul increíble y un pueblo (casi ciudad ya) en su costa. El lugar me pareció lindisimo y a medida que lo empezabamos a recorrer buscando un mecánico más me gustaba.

Como era de imaginarse, en Las Grutas no había ningún mecánico de motos. Por recomendación de otros mecánicos de autos caímos a una Gomeria donde nos atendío Pablo quién resulto ser un fanático de las motos y alguien con mucha habilidad para este tipo de motores.

Presentaciones mediante, nos pusimos manos a la obra con Pablo a tratar de solucionar el problema, al ver que sólo estorbábamos nos decidimos a proveer al grupo de cerveza con tal de paliar un poco el calor de aquel lugar.

Los intentos de Pablo por encontrar el problema fueron muchos hasta que finalmente a la 1 de la mañana nos comunica la fatídica noticia que lo que se había destruído era la carbonera. Para quienes no saben, la carbonera es un pedazo pequeño de plástico el cual sostiene (como bien dice su nombre) los carbones los cuales recolectan la electricidad que se genera en el alternador. El problema era que la carbonera se había roto en sus soportes y por ello la batería nunca cargaba la energía.

A pesar de ser un problema relativamente tonto, nos significó un verdadero dolor de cabeza ya que no teníamos repuestos de este tipo y conseguirlos nos iba a demandar mucho tiempo. Luego de hablar a Buenos Aires y coordinar con nuestro amigo Gustavo conseguimos una fecha para el envío del repuesto.

El problema fue que el repuesto recién iba a llegar en 5 días. Nosotros no lo podíamos creer, ya la posibilidad de llegar a Ushuahia en año nuevo se nos había escapado de las manos y las fechas también, la travesía completa peligraba.

Ya perdido por perdido decidimos poner buena cara al mal tiempo y nos dignamos a disfrutar verdaderamente las playas de las Grutas. A lo largo de esos 5 días pudimos descansar, nadar y hasta hacer un par de asados cargando pilas para cuando debieramos volver al camino.


La verdad que disfrutamos esos 5 días de la mano de la calidad de gente como Pablo con quién pasamos año nuevo y otros amigos de él de allí. No nos quedan más que palabras de agradecimiento para esa gente que nos dio todo dejándonos de Las Grutas sólo excelentes recuerdos.

Finalmente la pieza llego, con toda la ansiedad salimos a buscarla a la terminal de colectivo y una vez que el precioso objeto estuvo en nuestras manos salimos a toda velocidad a entregárselo a Pablo (nuestro Amigo y mecánico) para que lo ensamblara.

La pieza calzó a la perfección y luego de unos cuantos ajustes, la moto estaba regulando y cargando la batería. Ya estábamos listos para partir, desarmemos el campamento, ajustamos el equipaje de las motos y volvimos a las rutas.
Justo antes de partir nos entrevistaron para la televisión local

sábado, 27 de diciembre de 2008

Etapa Buenos Aires-Ushuahia: Las Grutas a Madryn

Finalmente, la moto de Julio estaba lista. Nosotros luego de 5 días de reposo forzado estábamos con unas ganas increíbles de volver a la ruta, el miedo a otra rotura estaba permanentemente entre nosotros y nos obligaba a pensar que esta podría no ser la última vez en donde nos quedaríamos varados.

Igualmente, y felices por poder salir, dejamos Las Grutas a eso de las 3 de la tarde, encaramos primero para San Antonio Oeste para cargar combustible y luego de ello sí retomamos la Ruta 3 con rumbo a Trelew. Por la cantidad de kilómetros que teníamos por delante, la idea de ir Trelew no nos parecía tan alocada. En fin, ya estabamos de viaje, felices volvimos a cruzar esas interminables rectas patagónicas, afortunadamente el viento todavía no daba el presente pero sabíamos que pronto iba a aparecer con sus características ráfagas de 80 kmx hora.

El camino hacia Trelew transcurrió sin problemas, el clima era ideal y la sensación de estar nuevamente en la ruta fue indescriptible. A la altura de Puerto Madryn decidimos frenar a cargar combustible, grande fue nuestra sorpresa al ver que mi hermano Tomás no aparecía. Lo esperamos un buen rato y cuando recién aparece en su moto y le vemos la cara nos damos cuenta que las cosas no andaban bien.

Preocupados nos acercamos a el y nos dice que se sentía muy mal. Nosotros pensando que era un dolor pasajero no le damos importancia por lo cual lo invitamos a que se siente un rato y descanse. A la hora de descanso vemos que su estado empeora a cada rato. Intrigados por saber cual podría haber sido la causa le comenzamos a preguntar los síntomas y nos manifiesta que había comido algo que le había caído mal, el muchacho estaba intoxicado.

Con esta situación tanto Julio como Yo no dudamos en acampar inmediatamente y esperar que se mejore. El problema es que donde estábamos no había ningún camping ni reparo donde dormir por lo cual me subí a mi Jawa y salí a buscar el hotel más barato.

Afortunadamente conseguí que nos alojaran en un Hostel de esa ciudad en donde Tomás pudo descansar las horas que necesitaba y recuperarse de su intoxicación.

Por nuestra parte Julio y Yo aprovechamos para visitar a un gran amigo nuestro que estaba de paso por la ciudad visitando a su familia. Grande fue su sorpresa al recibir mi llamado y manifestarle que estaba en Madryn, sin esperar un segundo el se vino para el Hostel y salimos a comer unas pizzas.

Al otro día, afortunadamente Tomás se levantó en mucho mejor estado por lo cual pudimos armar el equipaje en las motos y encarar para Caleta Olivia.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Etapa Buenos Aires-Ushuahia: Madryn a Caleta Olivia

El equipo Jawa como le decíamos nosotros, a pesar de las adversidades venía avanzando muy bien. Ya nos encontrábamos en pleno corazón de la Patagonia, los kilómetros que avanzábamos día a día nos hacían sentir cada vez más cerca de nuestro primer objetivo: Ushuahia.

El camino de Madryn a Caleta fue increíble, atravesando interminables rectas empezamos a ver colas interminables de autos esperando por el camión de combustible en las estaciones de servicio.

A partir de ese momento nosotros comenzamos a implementar la táctica de llevar siempre un bidón con 5 litros de nafta, esto nos daba una autonomía considerable sin tener que frenar en las interminables colas de autos en las estaciones.

La ruta 3 se hacía interminable, lentamente nos internábamos más y más en las estepas patagónicas y veíamos como la ruta ascendía. Nuestro objetivo este día era por lo menos llegar a Comodoro Rivadavia así que en el mismo día atravesamos Trelew y seguimos camino hacia nuestro objetivo, a los pocos kilómetros de dejar Trelew, el viento hizo su primera aparación.

Con el pasar del tiempo el viento fue cada vez más fuerte y fuerte obligándonos a disminuir la velocidad ya que el camino ascendente y un viento de lado (casi de frente) nos dificultaba mucho la conducción.
A las 2 horas de estar conduciendo en estas condiciones el viento fue aumentando en fuerza hasta obligarnos a bajar constantemente cambios y marcar un ritmo de unos lamentables 60 kilómetros por hora. Era increíble lo lento que transcurría el paisaje a esa velocidad, yo sentía que no avanzabamos nada y rogaba por acercarnos a Comodoro.
Luego de muchas horas de conducción la ruta repentinamente comienza a bajar en un valle mas y más, ahí nos percatamos todo lo que habíamos subido, con nuestro descenso al nivel del mar la temperatura también se elevó sintiendo bastante calor para esas latitudes. Ya estábamos en Comodoro Rivadavia, no lo podíamos creer luego de tanto esfuerzo habíamos llegado.

Sin dudarlo y al ver que teníamos energías cargamos combustible y recorrimos unos 80 kilómetros más hacia Caleta Olivia. Allí hicimos camping en un lugar llamadao "Gerald". Así como de cansados que estábamos armamos la carpa y nos fuimos a dormir sabiendo que al día siguiente vendría el gran desafío de llegar hasta Rio Gallegos.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Etapa Buenos Aires-Ushuahia: Caleta Olivia a Río Gallegos

Con tan sólo unas 4 horas de sueño, nos levantamos al alba para desarmar campamento, tomar unos mates y comenzar una de las etapas mas largas y complicadas del viaje. Nos aguardaban unos 800 kilómetros hasta Río Gallegos a través de una ruta peligrosa y muy ventosa.

Armamos las motos cargamos combustible y salimos a la ruta. Los primeros kilómetros estuvieron marcados por unas constantes paradas forzadas debido a que en la moto de Julio había un corto en la fusilera y lo dejaba sin contacto. Solucionado el problema seguimos viaje circulando por ripio y pavimento en una ruta que en algunas secciones estaba realmente muy deteriorada.
Al mediodía decidimos frenar a almorzar en una localidad llamada Tres Cerros. Allí cargamos combustible, almorzamos y seguimos viaje. El ritmo era frenético, el viento era muy fuerte nos retrasaba y eso nos forzaba a no frenar prácticamente nunca. Lo que hacíamos era frenar cargar combustible y seguir. Las estaciones por esta zona son realmente un oasis ya que no abundan y estan separadas por muchos kilómetros.

Los paisajes por estas latitudes son realmente increíbles y no nos dejó de sorprender la vastedad del territorio patagónico.

Finalmente y luego de muchas horas de conducción llegamos a una localidad denominada "Comandante Luis Piedra Buena" una ciudad que se encuentra a orillas del río Santa Cruz y enclavada en un valle. El paisaje y el lugar en sí es increíble. Allí nuevamente cargamos combustible descansamos un poco y emprendimos los 260 kilómetros que nos separaban de Rio Gallegos.


La llegada a Rio Gallegos fue realmente emocionante, luego de mucho esfuerzo habíamos recorrido más de 2800 kilómetros a lo largo de la Ruta 3. Llegamos muy tarde a eso de la 1 de la mañana habiendo manejado en el día mas de 16 horas. La verdad es que estábamos extenuados pero la emoción por estar tan cerca de ushuahia nos hizo olvidar todo el cansancio acumulado y festejar por un buen rato tal logro.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Etapa Buenos Aires-Ushuahia: Río Gallegos a San Sebastían

Este día era realmente diferente, por primera vez veríamos un cambio en el paisaje, dejaríamos el continente entrando en Chile para luego ingresar a la isla de Tierra del Fuego. Habiendo dormido en un camping cerca del centro de Río Gallegos, desayunamos nuestras usuales galletitas dulces con mate y empezamos a armar el equipaje para partir.

Una vez hecha nuestra habitual carga de combustible retomamos la ruta con destino a Chile. De Río Gallegos a Monte Aymond (límite con Chile) hay unos 50 kilómetros, a medida que avanzabamos sentíamos que el frío era cada vez mas fuerte, por más que el cielo estaba despejado todo el tiempo se notaba que ya nos encontrábamos bastante al sur.

Al llegar a Monte Aymond, dejamos las motos y partimos con nuestros documentos para hacer el trámite de salida del país. En sí el papeleo no es mucho, pero tuvimos la mala suerte de ser atendidos por una persona que no tenía ni idea de lo que hacía y menos que menos de computación. Nos tuvo esperando prácticamente 2 horas hasta poder partir para la aduana chilena.

Con el mal humor a la orden del día nos dieron el Ok para salir de Argentina y partimos para la Aduana chilena. Los trámites en esta última, afortunadamente, fueron veloces y en 20 minutos ya estábamos partiendo para el ferry que te lleva a la isla.


A esta altura, el clima se volvió muy húmedo, las lluvias se alternaban con breves momentos de sol lo cual volvió mucho mas frío al clima y dificultando la tarea de andar en moto.



El viaje de 10 minutos en el ferry fue breve pero muy lindo, aprovechamos y le sacamos un par de fotos a la fauna y esperábamos ansiosos el poder tocar tierra para seguir camino a Ushuahia. La ruta a partir de este lugar tiene sólo 50 kilómetros de pavimento para luego transformarse en 140 kilómetros de ripio muy malo. Desafortunadamente los 50 kilómetros de pavimento hasta cerro sombrero duraron poco, luego de esta localidad entramos a un camino muy deteriorado en donde nuestra velocidad máxima era de 40 kms por hora.



El trayecto se hacía eterno, a ese ritmo mis cálculos me decían que íbamos a demorar prácticamente 5 horas recorriendo esta ruta estando atentos a esquivar baches y piedras todo el tiempo y sin poder admirar el paisaje.

Las horas pasaban y sentía que mi cuenta kilómetros ni se movía ya, la noche se nos venía encima y teníamos que salir de este camino antes que oscurezca. Decididos a avanzar más rápido y a pesar que el camino no lo permitía apretamos el acelerador, producto de esto y el constante traqueteo se me desoldó la manija del embrague quedando este colgando del manubrio y yo sin manera de pasar los cambios.



Después de infructuosos intentos por solucionar el asunto, enrollamos el cable del embrague y decidí seguir pasando los cambios sin este. La modalidad para andar sin el embrague era subirme para que luego los muchachos me empujaran hasta yo clavar la segunda y avanzar, una vez hecho esto no debía frenar la marcha nunca.

De esta forma y esquivando charcos y barro seguimos avanzando hasta entrada la noche y acercarnos al límite Chileno. A este lugar llegamos a eso de la 1 de la madrugada, cansados pero aliviados de nuevamente salir al pavimento.

Hicimos el tramite de salida de Chile y entrada a la Argentina velozmente y decidimos hacer noche en el ACA que se encuentra en la frontera. Allí después de una buena comida en el restorán nos fuimos a dormir a una cama luego de mucho tiempo de dormir en carpa.

martes, 23 de diciembre de 2008

Etapa Buenos Aires-Ushuahia: San Sebastían a Ushuahia

Esta jornada representaba el último día de nuestro primer objetivo. Nos despertamos con muchas pilas sabiendo que esa misma tarde estaríamos llegando a Ushuahia. Desafortunadamente en la frontera no había nafta por lo cual no sabíamos si íbamos a llegar a Río Grande.

Arriesgándonos decidimos partir con la nafta que teníamos en los tanques. El clima era muy frío y lluvioso, yo seguía sin embrague así que una vez que estaba en carrera no podía frenar hasta una estación de servicio.

Por mi problema del embrague, yo arranque primero luego me siguieron Julio y Tomás. Afortunadamente el viento no era muy fuerte por lo cual el ritmo al cual avanzamos era bueno. A los 20 kms de Río Grande mi moto se quedó sin nafta y tuve que frenar y esperar a mis amigos.

Una vez que ellos llegaron, me pasaron 2 litros de nafta más pudiendo llegar a Río Grande sin problemas. Lo que me sorprendió de estos lugares es primero ver el respeto que se guarda a los caídos en la Guerra de Malvinas y segundo, los resabios que quedaron de la guerra: Bases aéreas abandonadas, rutas ensanchadas (para el aterrizaje de los cazas), etc.


Lo primero que hicimos luego de cargar combustible fue empezar a buscar un soldador que pudiera solucionar mi problema con el embrague. Desafortunadamente no había ningún soldador que pudiera hacer el arreglo. O estaban de vacaciones, o tenían demasiado trabajo. Ya este asunto me estaba poniendo de mal humor, las horas pasaban y nos separaban tan solo 200 kilómetros de Ushuahia.

Luego de buscar durante unas cuantas horas, nos percatamos que la solución se encontraba a la vuelta de donde estábamos, ya que allí había un taller atendido por una persona (lamentablemente ahora no me acuerdo el nombre) que, con la mejor voluntad del mundo, nos prestó la soldadora para hacer nosotros el arreglo.


El asunto llevó 15 minutos nada mas y la moto ya estaba lista para andar. Armamos el manubrio y quisimos pagarle al dueño del taller, pero como es costumbre en el interior de nuestro país no nos querían cobrar nada por más que insistiéramos.

En fin, cargue nuevamente la moto y salimos a la ruta. La siguiente parada fue Tolhuin, un pueblo muy pintoresco a la orilla de un lago de un color increíble. Allí frenamos en una panadería típica de la zona en donde el dueño (aparentemente alguien muy cholulo) tenía fotos de él con muchísimos famosos. Tomamos unos buenos cafés, comimos unas facturas espectaculares y partimos hacia nuestro último destino: Ushuahia.

La ruta a partir de esta localidad está llena de curvas y contracurvas, subidas y bajadas que bordean lagos y precipicios. No dejamos de sacar fotos y nuestra alegría aumentaba viendo que estábamos tan cerca de nuestro destino.

Finalmente, llegamos a Ushuahia por la tarde a eso de las 7. Bocinazos de por medio, festejos eternos y mucha alegría fue lo que marco ese momento. Aprovechamos y sacamos nuevamente miles de fotos junto a los carteles que atestiguaban nuestro logro y empezamos a pensar donde haríamos noche.

Afortunadamente, cuando íbamos por la foto numero 3 mil junto al mismo cartel cayó un motoquero que se llamaba Roberto. Luego de una charla amena nos ofreció ir a su casa a tomar un café, a lo cual nosotros como cualquier persona que vive en Buenos Aires desconfiados aceptamos.

Cuando llegamos a la casa nos enteramos que el tenía un hostel que estaba colmado de turistas. Nos tomamos unos mates y Roberto nos ofreció que acampáramos en su jardín. A nosotros nos parecía un abuso pero esta persona tan generosa insistió tanto que finalmente nos convenció.


Acampamos en su jardín, guardamos las motos en su garage e incluso hasta pudimos lavar la ropa. Una vez que estuvimos instalados, Roberto nos llevó a recorrer la noche de Ushuahia que terminó de día y con nosotros en el Glaciar Martial a las 8 de la mañana.

Agotados nos fuimos a dormir hasta la tarde de ese día. Luego de levantarnos Roberto se ofreció para llevarnos a recorrer en moto los principales puntos turísticos de la ciudad, felices aceptamos y salimos las 4 motos a recorrer Ushuahia.


Los lugares que visitamos fueron una vista panorámica de Ushuahia, un recorrido por la ciudad y finalmente una visita al Parque Nacional Tierra del Fuego. Allí nos sacamos fotos junto al canal de Beagle y en el final de la Ruta 3.

La llegada a este lugar fue para nosotros algo muy fuerte, habíamos cumplido nuestro primer objetivo recorriendo más de 3 mil kilómetros. Con esto sabíamos que recién estábamos a mitad de camino, ahora lo que debíamos hacer era ir hasta la Quiaca nada más y nada menos que 5 mil kilómetros más para luego volver a Buenos Aires, el tiempo no estaba de nuestra parte y realmente iba a ser una hazaña lograr esto.