domingo, 21 de diciembre de 2008

Ushuahia-La Quiaca: Río Gallegos a Calafate

El trecho de Río Gallegos a Calafate consistía en un viaje de cerca de 400 kilómetros con rumbo al noroeste de la provincia de Santa Cruz. Afortunadamente la ruta estaba pavimentada y en perfectas condiciones.
Salimos de Río Gallegos a eso de las 10 am y fuimos prácticamente sin contratiempos hasta la Estancia La Esperanza. Allí aprovechamos para almorzar y cargar combustible.Una vez hecho esto volvimos a las motos y encaramos los últimos 250 kilómetros que nos separaban de Calafate.
Desafortunadamente este trayecto si transcurrió con problemas debido a un par de errores nuestros y algo de mala suerte. Al salir tanto Tomás como Julio y Yo nos separamos por unos cuantos kilómetros. Esta separación se prolongó hasta lallegada a Calafate.
Al llegar a este lugar, espero un rato y al poco tiempo llega mi hermano Tomás. Nosotros felices por haber finalmente arribado a Calafate nos sentamos a esperar a Julio que era quién faltaba.

Esta espera por nuestro compañero se prolongó por más de 1 hora, algo que comenzó a preocuparnos. La ultima vez que lo habíamos visto había sido 250 kilómetros atrás.

Los peores pensamientos cruzaban por nuestra cabeza, no sabíamos que era de la vida de Julio. Preocupados decidimos partir a cargar combustible y salir a buscarlo. Para mala suerte nuestra las estaciones de servicio en Calafate estaban colapsadas, prácticamente no había nafta y donde había teníamos que hacer colas de hasta 1 hora.

Sin más remedio hicimos la cola y esperamos 1 hora hasta nuestro turno. Una vez que hubiera llenado el tanque le pregunto al playero por el aceite 2 tiempos a lo que me contesta que no tiene. No podía creer mi mala suerte, sin el aceite no podía salir, iba a fundir mi moto.

Para solucionar este asunto Tomás me consiguió un poco de aceite en otra estación y gracias a eso y prácticamente 2 horas después pude salir a buscar a Julio. Apurado salgo a la ruta y comienzo a hacer los primeros kilómetros con destino a La Esperanza.

Yo ya me imaginaba que iba a tener que hacer los 250 kilómetros hasta dar con mi amigo ya que la ultima vez que lo había visto había sido ahí. Al poco tiempo de esto lo veo venir en mi mano contraria con la moto a fondo a mas no poder.

Feliz, doy la vuelta y lo acompaño hasta la entrada del Calafate. Una vez allí nos cuenta que había tenido un problema mecánico apenas había salido de la estación cosa que lo retrasó por más de 2 horas hasta solucionarlo.

Luego y una vez en la ruta la rueda trasera se le trabó completamente al salir de una curva y con un auto de frente. Nos contó que sólo Dios sabe como puedo salvarse de esa situación, la cara de él lo decía todo....
Esta triste pero afortunada experiencia nos enseñó a no separarse por largos trechos en un viaje así. El riesgo al que uno se expone es muy alto y la sensación de no saber que le pasó al otro es indescriptible.

No hay comentarios: