lunes, 22 de diciembre de 2008

Ushuahia-La Quiaca: Empezando a subir


La primer etapa del viaje había sido cumplida, ahora debíamos ir para el norte en un viaje todavía mas largo que el que habíamos hecho. El próximo destino turístico que nos aguardaba era ir al Calafate a visitar los Glaciares.

En esta oportunidad queríamos salir de Ushuahia e ir directamente a Río Gallegos, evitarnos 1 día de viaje haciendo una etapa verdaderamente larga. Salimos de Ushuaia a eso de las 8 am y ya para el mediodía estábamos en Río Grande. El frío ese día era verdaderamente intenso, por más que el sol estaba sobre nuestras cabezas la temperatura no subía, eran las 3 de la tarde y nosotros estábamos ya demasiado abrigados para esa hora.

Seguimos avanzando hasta San Sebastián, hicimos las fronteras (esta vez mucho más rápido que antes) y salimos al ripio con destino al ferry. Una vez en el camino la fusilera de Tomás comenzó a molestar, perdía el contacto constantemente y la moto se le apagaba con cada golpe.


El itinerario de ese día venía bastante atrasado, nosotros planteábamos llegar a Río Gallegos esa tarde, ya la noche se nos veía encima y ni estábamos cerca. Nuevamente el ripio nos retrasó de sobremanera, eso sumado a los camiones que constantemente nos pasaban volvieron este tramo algo insoportable.

El viento nos tiraba todo el polvo de los camiones encima cegándonos de a ratos, este fue uno de los motivos por los cuales yo caí de mi moto. Un camión me pasó demasiado cerca cegándome e impidiéndome ver el terreno y llevándome esto consecuentemente al suelo.

Afortunadamente no me pasó nada gracias a la campera que tenía puesta la cual tenía protecciones. Eso sumado al casco, prácticamente me salvaron de un buen golpe. La moto dentro de todo se salvo bastante, lo único que rompí fue el parabrisas y el mataperros (algo fundamental en este tipo de travesías).
Al margen de estar un poco boleado por el golpe, le di un par de patadas al mataperros lo enderezamos y yo con mucho mal humor reemprendí la ruta. Llegamos al ferry a eso de las 11 de la noche con mucho frío ya.

Una vez cruzado el canal anocheció. La temperatura era realmente baja y nos separaban 100 kilómetros de Río Gallegos. Nosotros con mucho hambre y frío decidimos intentar hacer noche en algún lugar y comer algo decente pero no encontrábamos lugar donde dormir. Frustrados nuestros intentos por encontrar un lugar decente, no nos quedó mas opción que volver a las motos y seguir camino.

La noche era muy cerrada, hacía muchísimo frío y encima a eso de las 2 am se largo a llover, el frío que sentí en ese momento andando en la moto no tiene nombre, estábamos verdaderamente muy mal. Lo único que queríamos hacer era llegar a la aduana y sentarnos al lado de una estufa un buen rato.

Luego de sufrir por un buen rato el frío llegamos al límite chileno. Estábamos irreconocibles del frío que teníamos, hicimos el papeleo y luego nos quedamos al lado de una estufa un buen rato con el fin de entrar en calor.

Una vez que nos recuperamos un poco partimos al limite argentino y nuevamente después de hacer los trámites de ingreso hicimos una parada obligada al lado de la estufa. Ya eran las 4am y la idea de llegar en ese momento a Río Gallegos nos pareció una locura por más que estuviéramos tan cerca.

Finalmente, decidimos hacer noche con nuestra carpita al lado de la balanza de los camiones.

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